
Se centra en una familia de peces fascinante, de la que forman parte los caballitos de mar, los peces pipa y los dragones de mar
¿Cuántos peces hay en nuestros mares?
Parecen criaturas de otro mundo, pero están en éste, aunque todo apunta a que si no tomamos medidas puede que no sea por mucho tiempo. Los caballitos de mar están en peligro, corren un riesgo más que probable de desaparecer de nuestros mares y océanos, se calcula que cada año unos 30 millones de ejemplares son arrancados de su hábitat natural, y la población de algunas especies ha descendido más de un 50%.

Estos singulares peces, los signátidos, son objeto de todo tipo de desmanes, desde emplear sus cuerpos disecados como objetos decorativos a triturarlos para usarlos como ingrediente de remedios en la medicina oriental. Como al cuerno de rinoceronte o a la bilis del oso, a los mejunjes de caballito se le atribuyen propiedades milagrosas; son creencias sin ningún sustento científico, pero que lo convierten en una valiosa mercancía por la que se pagan cifras astronómicas.
Otra de las amenazas es la destrucción de sus hábitats; los signátidos se mueven muy poco, viven generalmente en ecosistemas costeros poco profundos, como las praderas marinas o las comunidades de macroalgas, espacios sometidos a numerosos impactos, por lo que su deterioro o desaparición supone el declive y la extinción de sus poblaciones. Y, paradójicamente, aunque los humanos estamos acabando con ellos, despiertan en nosotros muchas simpatías ¿Será su aspecto singular y la imagen de fragilidad que presentan, lo que los hace tan atractivos? ¿Podría esta empatía convertirlos en un icono que, además de alertar de su desaparición, nos ayudara a tomar conciencia del desastre que supone la pérdida de hábitats y biodiversidad?