Activistas realizaron una violenta protesta ayer en San Pablo, con ataques a bancos y concesionarias de autos importados, poco después de finalizado el partido donde Uruguay le ganó 2-1 a Inglaterra en el estadio Itaquerao, en el marco del Mundial.
Los manifestantes, con rostros cubiertos, lanzaron piedras contra bancos en la zona céntrica de la ciudad y luego ingresaron a una concesionaria de vehículos importados, en la zona oeste paulista, donde destruyeron una decena de unidades, citó la agencia ANSA.
La protesta fue convocada por el Movimiento Pase Libre, que exige boleto gratuito del transporte público para celebrar el primer aniversario de las marchas que convocaron a más de un millón de personas, durante la Copa Confederaciones, y también pide ahora entre sus reclamos la reincorporación de los trabajadores despedidos en el Metro de San Pablo, luego de un paro realizado días antes del comienzo del Mundial.
Los militantes marcharon por la avenida Paulista durante una hora hasta que surgieron grupos violentos y se desataron los disturbios.
Según publica hoy el diario O Globo, la violencia comenzó cuando el grupo Black Block, encapuchados que se definen como contrarios a todo símbolo material del capitalismo, se sumó a la protesta y algunos de sus integrabtes rompieron autos y vidrios de la concesionaria.
De acuerdo a la versión online del periódico, los manifestantes de Pase Libre le pidieron a los de Black Block que detuvieran las agresiones y hasta sostiene que discutieron entre ambas agrupaciones por el curso que tomó la protesta.
Poco antes del inicio de la misma -que fue seguida por la Policía Militar- Uruguay, con dos goles del delantero Luis Suárez, había derrotado a Inglaterra en el estadio Itaquerao, en la zona este de San Pablo, escenario de la ceremonia y el partido inaugural entre Brasil y Croacia.