Estela Espinoza, coordinadora de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, contó la experiencia vivida en Ingeniero Jacobacci, localidad de Río Negro afectada por las cenizas del volcán chileno Puyehue, cuando fue a entregar las donaciones reunidas en Bahía Blanca.
“En ese lugar, el viento sopla muy fuerte (90/100 kilómetros horarios) y hace cinco años que no llueve, por lo que todo ello crea un combo horrible: realmente uno no se imagina lo que allí ocurre”, dijo la dirigente por LA BISAGRA.
“Es un sitio muy castigado por la ceniza y el panorama es muy aterrador porque se ven pueblos fantasmas y la gente tiene que usar barbijos y antiparras. La capa de ceniza que se percibe en Bahía durante la mañana es nada en comparación con lo que ocurre en aquella zona”, explicó.
Espinoza también denunció que “la ayuda nacional llegó pero no hubo una buena distribución por parte de las autoridades locales” y hasta mencionó que “hay clientelismo político” a la hora de entregar lo recaudado a los vecinos de Jacobacci.