El jefe de Gabinete desactivó de este modo una polémica instalada por dirigentes macristas del interior provincial, quienes salieron apresuradamente a rechazar cualquier posible traslado de infectados

En declaraciones a DIB, el titular de la mesa ministerial provincial aclaró que tales acuerdos se rubricaron “a pedido” de los alcaldes.
“Nos vivieron a ver porque tenían un gasto adicional relacionado con el sostenimiento de los centros de aislamiento municipal que habían puesto en marcha con fondos propios”, detalló Bianco.
Y prosiguió: “como se les hacía complicado mantenerlos, tanto en comida como en gastos de mantenimiento como la compra de insumos, el Gobierno decidió abonar una especie de cápita por cada paciente alojado allí”.
“Podría existir algún acuerdo entre intendentes para el traslado de un paciente de una ciudad del interior a otra vecina, pero no creo que eso pase, porque no vemos posibilidad de desborde en esas ciudades”, completó.
Estas declaraciones surgieron luego de los dichos del senador Andrés De Leo (de Juntos por el Cambio-Bahía Blanca), de la diputada María Laura Ricchini (Juntos por el Cambio-Junín), y de los jefes comunales de Bahía Blanca, Héctor Gay, y de Tandil, Miguel Lunghi, también de JxC.
Mientras De Leo habla de “resistencia en muchos vecinos” del interior, Ricchini sostiene que el hospital de Junín debe estar para “asistir a la región sanitaria”. Más moderado, Gay reconoce que el sistema de salud es provincial y que “habrá que tomar precauciones”. Mucho más duro, en cambio, fue Lunghi al aseverar públicamente su temor a que ingresen pacientes con COVID-19 de otros distritos