“Plaza se queda”. Sin embargo, veinticuatro horas después de esta respuesta originada, sin espectadores, en uno de los despachos más importantes de la Municipalidad de Bahía Blanca, la empresa capitalina hizo pública su decisión de rescindir el contrato que la une con Bahía Blanca en tanto se continúen las condiciones actuales del sistema transporte. Frente a esto, el actual intendente, Gustavo Bevilacqua, se mostró sorprendido por las expresiones de los representantes de grupo empresario, confirmando que se enteró por los medios de comunicación de la postura de la empresa.
Desde la concesionaria afirman que lo que ocurre y se deja ver no es una estrategia; la ecuación económica no da para más. Sin una readecuación del sistema de transporte público, el grupo ve cuesta arriba su continuidad.
Con todo, y a pesar de la gravedad de la situación, los hechos no dejan de ser coyunturales, es decir, una foto de lo que en realidad es una película algo más dinámica y extensa. El desajuste del sistema de transporte en Bahía Blanca se ha vuelto un culebrón en donde cierto oportunismo y sobreactuación política formaron parte del guión.
Haciendo historia, habría que dejar en claro que el mapa de recorridos que nació con el nuevo esquema del transporte urbano de pasajeros, sufrió un aborto a los pocos días de puesto en marcha. Fueron muchas las modificaciones realizadas, movidas en algunos casos más por un potencial rédito político que por el criterio técnico que debió haber sido el guardián inflexible del sistema. Tales modificaciones, lejos de contribuir a la mejora, terminaron siendo un remedio de poca efectividad. Pero hoy, nadie fue.
La página, inevitable y necesariamente, se estará dando vuelta, y allí la intervención del municipio se hará visible. La decisión de participar en la readecuación del actual esquema por parte del gobierno local, estaba tomada desde antes del enfrentamiento con Plaza pero la posibilidad de reemplazar al grupo capitalino no se había dejado oír.
La declaración de la emergencia en el transporte público de pasajeros es otras de las ideas que el Ejecutivo municipal no descarta; esta le permite al municipio proceder de un modo más expeditivo respecto del inminente reordenamiento. En este sentido, el jefe comunal entiende que las mejoras en el transporte deben tener como prioridad un notorio aumento de las frecuencias; para esto es posible que los kilómetros que actualmente recorren las unidades deban disminuir.
Febrero amanecerá con propuestas concretas respecto de la problemática del transporte local, teniendo en cuenta que luego de ese mes viene el comienzo de clases, momento para el cual, lo que hoy es incertidumbre, deberá volverse certeza. Tal como se adelantó a través de este medio, el transporte y el asfalto, eran dos temas prioritarios en la agenda que se venía, porque “van juntos”. Van, entonces…
Como ya se ha dicho alguna vez, el éxito es un apetito urgente y lo que aquí vendrá obligatoriamente debe exceder esta instancia de lo efímero; por lo tanto, el objetivo es el bien común cuya valía no está en alcanzarlo, sino en su conquista.