
Foto: Gentileza Web LA DORREGO
La escritora Alicia Partnoy detalló hoy minuciosamente las dependencias del centro clandestino conocido como “La Escuelita”, hoy en ruinas, y ante el tribunal, querellas, defensa y fiscalía, realizó un croquis del lugar.
La mujer nació en la Argentina y durante los años que pasó en la cárcel como presa política, sus poemas e historias fueron deslizados en secreto fuera de la prisión y publicados anónimamente en diarios y revistas de organizaciones de derechos humanos.
“Era una casa vieja, había dos habitaciones donde estaban los detenidos desaparecidos, un hall entre medio donde estaba la guardia, habitaciones de piso de madera, con postigos, ventanas y rejas del tipo colonial”, relató.
Partnoy contó que al día siguiente de llegar y en el mismo lugar donde estaba alojada, por debajo de la venda que tenía colocada reconoció a Zulma Izurieta, una compañera de universidad y su mejor amiga.
“Zulma Izurieta estuvo allí hasta el 12 de abril, estuvimos juntas todo ese tiempo y tuvimos muchas oportunidades -a pesar de los golpes- de hablar, las dos veníamos de una militancia donde habíamos estado tratando de recabar información sobre lo que estaba pasando”, relató.
Partnoy dijo que “en el salón en el medio había pisos de baldosa porque anduve descalza, tengo una nariz muy grande y era muy útil para mantener cierta ranura debajo de los ojos, en tres meses y medio pude darme cuenta -recabando información con Zulma Izurieta- de muchos detalles del lugar”, agregó.
Además, la mujer relató sobre el nacimiento de un bebé en el centro clandestino, hijo de Graciela Romero de Metz, quien estuvo secuestrada allí, y que luego fue asesinada por personal del Ejército en lo que fraguaron como un supuesto enfrentamiento, informó la Agencia Télam.
“El 17 de abril, en la madrugada, Graciela dio a luz a un varón, yo pedí ayudar porque era madre, quería ayudarla en su parto, no me permitieron y dijeron que el médico no estaba disponible”.
Hasta la actualidad no se sabe nada del hijo de Metz, de quien se sospecha fue secuestrado por uno de los guardias del centro clandestino de detención “La Escuelita”.