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Según relatan los entendidos de la política local, la confirmación de Breitenstein en el sentido de que no habrá de asumir su segundo mandato, habría caído aún peor de lo que en el oficialismo suponían. En llano: el intendente licuó buena parte, sino todo, el capital político que ostentaba y refrendó en las últimas elecciones con un apoyo popular del 44%, publicó el portal Infocielo.com.
“En los corrillos locales trascendió hoy, además, un dato de inocultable valoración política de alcance regional: el jefe político de Cristian Breitenstein, Dámaso Larraburu, habría expresado su fuerte oposición a la movida de su referente local. Molesto, dicen, por las consecuencias que le depararía en términos de la aceptación popular”, sigue.
“El malestar de los bahienses excedió aseguran lo que a priori los artífices del acuerdo habían especulado posible. En Bahía Blanca hay quienes a esta hora del día, incluso, no descartan la posibilidad de que haya formalmente ‘marcha atrás’ con la designación el bahiense, confirmada por él mismo y ratificada esta mañana por el propio Daniel Scioli, en un intento, suavizado, de justificarlo ante sus votantes con una nota que concedió a una emisora de radio local.”
“Nadie le cree, a uno y a otro, que la decisión de sumarlo a su equipo, como se dijo, se cocinó después recién de las últimas elecciones. “Scioli adquirió un pura sangre, que se le mancó en la gatera”, ilustró un avezado observador de la política local, para explicar el revuelo que provocó en Bahía la convocatoria a Breitenstein. Tiene sentido la metáfora burrera: Scioli compró, convocando al actual jefe comunal, “votos” que tenía como respaldo a su imagen, y eventualmente la posibilidad de sumar a un histórico armador de la sexta, Dámaso Larraburu, ante quien reporta Breitenstein a su empresa por reposicionarse a nivel nacional para la batalla que viene.»
«Nada de eso parece haber ocurrido. Error de cálculo de por medio, el –todavía- alcalde local parece haber perdido, licuado en un mar de críticas, los ‘votos’ que supusieron en La Plata podían sumar, y hasta el respaldo de su propio referente regional, el armador en las sombras, Dámaso Larraburu”, termina.